Ericka
Para la mamá de Erickita relatar esta historia, es contar la parte más dura de su vida y la de toda su familia, ya que cuando la bebé de la casa tenía tan solo un añito (en el 2018) le diagnosticaron un tumor de hígado que estaba muy complicado y las esperanzas de vida para ella eran pocas, este padecimiento que cambió toda la forma de vida de esta familia.
Doña María (mamá de Ericka) debió hacerse cargo solita de sus tres hijos, ya que al recibir el diagnóstico de cáncer de su hija, el papá los abandonó al enterarse de la gravedad y complejidad de esta enfermedad y saber los tiempos duros que iban a venir, su mamá nos dijo: “él solo huyó para no cuidar de sus hijos”.
Nos cuenta doña María que ella antes de que Ericka tuviera el diagnóstico, adoptó a Rosita su otra hija, ya que como su hermana “tomó mal camino”, ella no tuvo corazón para dejarla abandonada y decidió acogerla en su familia; por tanto, ella ya no tenía dos hijos sino tres.
Enfrentando los cuatro juntos toda esta problemática debieron vencer otro reto, como doña María no tenía cédula de residencia ni estancia legal en el país, la niña no podía ser registrada en el hospital, ni ser colocada en lista de espera para trasplante o cirugía; pero como en la vida de ellos siempre han existido ángeles, con la ayuda de muchos doctores y funcionarios del Hospital Nacional de Niños, lograron registrar a la pollita, obtener su acta de nacimiento y darle todos los tratamientos que ella requería.
Como si todo esto fuera poco… doña María debía dejar en la casa a sus otros dos hijos: Rosita y Jason (porque no tenía nadie que pudiera ayudarle a cuidarlos), una vecina “les echaba un ojito y les daba poquitos de comida” mientras ella pasaba días enteros en el hospital cuidando a Ericka que estaba en espera de trasplante. Un día por la mañana recibió una llamada que el PANI había llegado a recoger a los niños y doña María tuvo que pedir permiso en el hospital para correr por sus otros hijos y al día siguiente regresar de nuevo muy temprano a cuidar a Ericka.
Pero no todo ha sido triste, cuando todo era oscuridad en la familia de Ericka, nos dice su mamá que: “Apareció tía Mely, nos trajo comidita todos los meses y mis hijos desde que son Pollitos de Hierro no han pasado hambres ni necesidades”, nos cuenta su mamá que Erickita se siente muy feliz porque tiene muchos tíos de la familia de Pollitos de Hierro que la llenan de amor y felicidad.
Ericka ha sido muy fuerte cuando ha recibido quimioterapia, ella nunca ha dejado de comer, de gritar y de jugar,resitió y sobrevivió a la cirugía de hígado que le hicieron, sigue luchando día con día para dar fuerzas a su mamá y hermanitos, ella es la luz que ilumina toda la casa.
Desde que conocemos a Erickita hace más de dos años, la comida nunca ha faltado, el amor siempre ha sobrado y las navidades han estado llenas de color con todos los juguetes y ropa que les mandan sus tíos, vimos a Erickita en el día de su bautizo y compramos el vestido más hermoso para ella, realmente hemos sido afortunados de verla crecer. Pasan los días y escuchar sus audios, sus locuras, sus gritos y principalmente no entender nada de lo que nos dice es nuestra mayor recompensa.
Autoría: Tía Melissa Romero
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La Fundación Pollitos de Hierro busca contribuir con familias que viven en un contexto de pobreza extrema y riesgo social, ayudando a sobrellevar la problemática que se genera a partir del diagnóstico de un niño con cáncer
