Kamila
Nuestra pollita Kamila ha crecido muchísimo desde el 29 de mayo de 2017 que fue diagnosticada con leucemia (LLA de muy alto riesgo), apenas y podemos recordar ese día que compartimos con ella tanto dolor. Su mamá nos cuenta que cuando los doctores le dieron el diagnóstico, su mundo se derrumbó y su corazón se partió en mil pedazos.
Pasaron solamente tres días y a Kami se le empezó a caer su cabello, más allá de los tratamientos fue un gran golpe porque la pollita es demasiado coqueta, ella lloró muchisimo y le pidió a su mamita que: “le cortara todo el pelito para no verlo caer poco a poco”, corrimos a comprarle unas vinchas y diademas, como se veía hermosa con estos accesorios en su cabeza, en la carita de Kamilita se cambió la tristeza por una enorme sonrisa.
En ese momento Kamila vivía solo con su mamita y sus otros tres hermanos, siendo muy difícil la situación para ella y su familia, porque sus hermanitos debían quedarse con familiares y amigos mientras la mamá de Kami cuidaba de ella en el hospital día y noche, haciendo tareas con sus hermanitos por teléfono y dándoles indicaciones de todo lo que debían hacer en la casa por mensajes de texto. “Yo los llamaba todas las noches para decirles que los amaba y que soñaran con los angelitos” (Hellen Mamá de Kamila).
La pollita debió ser muy valiente para poder soportar tantas inyecciones, exámenes de médula, quimioterapia y muchísimos tratamientos más que desgarraban el corazón de su mamita al verla sufrir tanto, pero que daban a Kami una segunda oportunidad de vivir feliz al lado de su familia. Durante todo este tiempo, la pollita adelgazó muchísimo y su mamá con el alma en un hilo sentía como Kamilita se desvancía; pasó un año aproximadamente en el que prácticamente vivieron en el hospital ya que debían asisitir a la quimioterapia e inclusive estar internadas cuando Kami tenía las defensas bajas.
Nos cuenta su mamita que los días más duros para Kami, era cuando sus mejores amigos se iban al cielo, ella con cara de dolor y angustia le decía a su mamá: “que falta me va a hacer mi amigo, tengo miedo mamá…”
Pero como siempre, los Pollitos de Hierro son más fuertes que cualquier enfermedad o tempestad, Kami a los cuatro meses del diagnóstico empezó a recuperar su peso y tallas corporales, sus cachetitos volvieron a tomar el color rosado de antes, sus abrazos para sus hermanos volvían a recuperar la misma fuerza y sus gritos volvían a tener la misma intensidad. En las fiestas de navidad de Pollitos de Hierro, abre sus regalos con muchísma ilusión, hace cara de princesa cuando ve todas las cositas para maquillarse que le mandan sus tías y nos modela toda la ropa porque ella necesita que su tío favorito le tome fotografías.
Después de tres años de muchas batallas, dolor y sufrimiento, siempre el amor y la felicidad triunfan en la vida de nuestros pollitos. Kami fue dada de alta y ahora solamente va a citas de control; se dedica a hacer sus tareas de la escuela, distrutar de su familia, jugar con sus hermanitos que la conscienten demasiado e iluminar la casa como solamente ella lo sabe hacer.
La mamá de Kami sigue luchando solita por sus cuatro hijos, la situación en la casa es muy dura, pero la vida de la pollita siempre será su razón para luchar y su mayor recompensa.
Autoría: Tía Melissa Romero
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La Fundación Pollitos de Hierro busca contribuir con familias que viven en un contexto de pobreza extrema y riesgo social, ayudando a sobrellevar la problemática que se genera a partir del diagnóstico de un niño con cáncer
